lunes, abril 02, 2007

APADRINE UNA PALABRA

Decía Antonio Gala que no hay forma más terrible de morir un pueblo que la de ir quedándose, poco a poco, mudo. Igual las hay más terribles, pero desde luego no más ignominiosas.

Jamás he estado de acuerdo con aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. A mí lo de poder saber cuando quiera qué está pasando en otra parte, la posibilidad de obtener información sobre casi cualquier tema en cuestión de segundos, de acceder por un precio más o menos módico (el del ADSL) a música y libros que de otra forma no habría podido obtener, de comunicarme con ustedes, que están tal vez al otro lado del país o del globo, y conocer sus opiniones y que me cuenten sus cosas, me parece la octava maravilla del mundo. Pero la sociedad de la información, como todo, tiene sus desventajas.

Comenzamos (y en ello seguimos) con ese púlpito multitudinario en el templo de la Santa Banalidad que es la caja tonta. No tengo nada en contra de un poco de distracción y relax, faltaría más. Lo que me enerva es que sea omnipresente y sagrada. Que alguien llegue a argumentar, totalmente en serio, que "si lo han dicho por la tele tiene que ser verdad". Eso es muy peligroso si las intenciones del que está tras la pantalla son aviesas, y si no, también. A veces olvidamos que la tele la hace gente tan estúpida (de acuerdo, tan humana) como podamos ser nosotros, y que se equivocan como todos hacemos. Pero lo que sale en la tele no puede ser erróneo, no puede estar mal; y con eso llegamos a que una metedura de pata, que en la vida de fuera de la pantalla se tapa un poco, se le echa la culpa al que pase primero y santas pascuas, cometida tras la pantalla se propaga como un virus, incuestionada e incólume, por todas partes. Y así es como podemos hablar con toda naturalidad de catástrofes humanitarias (qué majas ellas) o de violencia de género (¿de qué género?) o de la espiral de violencia (¿por qué es siempre una espiral?). El vocabulario se unifica, y llega un momento en que uno quiere expresar algo y no sabe hacerlo con otras palabras que no sean las cuatro de la tele que ha escuchado miles de veces.

En internet la cosa cambia. La Red ha dado la oportunidad de escribir a gente que vale mucho pero escribe como afición, y a personajes como yo a los que ningún editor en su sano juicio publicaría una sola letra. Hay muchas voces y muy distintas, y eso es enriquecedor. Pero tiene sus pegas lingüísticas, también: el autor no tiene por qué dar la cara ni pasar filtro alguno, y se encuentra uno las barbaridades que se encuentra. Qué más da lo que escriba ni cómo, si nadie me conoce. Y en los chat, la palabra escrita tiene una vida tan breve que casi se diría que no merece la pena mimarla un poco.

Pero sí que merece la pena. El lenguaje es la herramienta con la que pensamos, con la que nos comunicamos: produce humanos inteligentes y sociedades fructíferas. Forma parte de nuestra identidad y nuestra memoria, como individuos y como seres sociales. Es importante.

Les cuento todo esto, por cierto, porque Escuela de escritores y la Escuela de escritura del Ateneo de Barcelona han tenido una iniciativa muy CPA para preservar vocablos: una campaña de apadrinamiento de palabras en peligro de extinción. Se pueden apadrinar (gratis) aquellas palabras que a cada uno le gusten y que apenas se usan, con lo que corren el riesgo de perderse para siempre. Pueden escogerse en catalán o español, y con las que se recopilen harán una reserva de palabras. Yo ya he apadrinado la mía: oligofrenia, que me encanta. ¿Cuál sería la suya?

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5 Comments:

At 2/4/07 09:50, Anonymous Anónimo dice...

Palíndromo, palíndromo, palíndromo!!!

 
At 2/4/07 13:15, Anonymous Anónimo dice...

Qué iniciativa! Yo ya he puesto la mía, pero en catalán: adés :)

 
At 2/4/07 15:31, Blogger AnonimiA dice...

Me encanta,yo siento predilición por esas palabras ligadas al ámbito rular y popular como guita o atavío. Imaginense a los de la tele en vez de rediseñando el estudio, poniendole atavíos.

 
At 3/4/07 12:38, Anonymous Anónimo dice...

A mí me encanta el aguaducho de Unamuno.

 
At 10/4/07 19:06, Blogger Mytho dice...

Ginecófílo... Contumaz... Irredento...

Upa! Creo que me he descrito inadvertidamente. :S

 

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