sábado, diciembre 23, 2006

CPA MUSICAL TRAINING

Déjenme contarles algo sobre la música. En este arte, como en casi todo, siempre ha prevalecido una antiquísima ley: por encima de las vivencias o la postura ideológica o la opinión del currante, el que paga manda. Hay un cierto margen de maniobra dependiendo de las circunstancias, claro, pero las directrices siempre las marca la mano que te alimenta. Les diré por qué vengo hoy a relatarles este cuento tan viejo, pero antes, para que todos sepamos de qué estamos hablando, permítanme recordarles los períodos en que se divide la Historia de la música occidental, a saber:

- Prehistoria (aproximadamente hasta el año 476 d. C.).
- Edad Media (siempre aproximadamente, años 476 a 1.400).
- Renacimiento (1.400-1.600).
- Barroco (1.600-1.750).
- Clasicismo (1.730-1820).
- Romanticismo (1.815-1.910).
- Música del siglo XX (1.900-2.000).
- Música Contemporánea (1.975- ).

Centrémonos ahora, por favor, en un punto determinado de esta evolución: la transición entre Clasicismo y Romanticismo. Miren las fechas: finales del siglo XVIII y principios del XIX. ¿Les dicen algo? En efecto, el cambio de estilo coincide con un proceso importantísimo en la Historia reciente de Occidente: la Primera Revolución Industrial. Siendo este un cambio de componente económico tan fuerte, bien podemos suponer que (como suele ocurrir con estas cosas) grandes sumas de dinero, de vez en cuando, dejaron de estar donde estaban y pasaron a estar en otro sitio. En otras palabras: que el que pagaba ahora era otro. Hasta estas fechas, el negocio y el pan de los compositores estaban en la Iglesia y en la nobleza, que les mantenían prácticamente como asalariados. La música se interpretaba en las ceremonias litúrgicas o en los salones de los nobles y monarcas, y punto. La mayoría de estos nobles poseía una más que aceptable educación musical, y muchos de ellos eran consumados intérpretes; por lo tanto, pedían a sus compositores obras complicadas en las que lucirse, mientras que los compositores no temían producir obras difíciles de entender porque sabían que se las habían con una audiencia cultivada y experta. Sin embargo, tras la Revolución Industrial, la nobleza comenzó a perder poder económico (y con él el poder de
apadrinar compositores) en favor de una nueva clase social, la burguesía. Con la Iglesia no se podía contar, puesto que los movimientos sociales producidos como consecuencia de la Revolución (marxismo, capitalismo, liberalismo) la tenían bastante ocupada. En España incluso la dejaron en calzones (véase Desamortización de Mendizábal). El nuevo público, los burgueses, venían a ser lo que mi padre llama "pobres hartos de comer": querían ser nobles, pero no les salía. Imitando a la nobleza, querían música, pero no podían y menos les apetecía pagar un sueldo a un señor cuyo trabajo les sonaba a chino y además les parecía bastante inútil. Así es como se llegó al concepto del compositor compartido, es decir, los conciertos públicos. Ahora el pan del compositor estaba en conseguir que la gente, cuanta más mejor, fuera a escuchar sus obras y pagara por ello. Pero esa gente ya no era la nobleza culta de unos años antes, sino comerciantes o artesanos enriquecidos que no sabían palabra de música: para que pagaran por asistir había que darles estructuras sencillas, melodías pegadizas y fácilmente reconocibles, suspiros y ayes, argumentos de culebrón. De esta manera tan poco romántica surgió la música del Romanticismo.

La Historia siguió avanzando y la música se escindió en dos corrientes: una, la llamada "música culta", que continúa evolucionando y experimenta con nuevas tendencias y sonidos, y que a veces no escucha ni la madre del compositor; y la "música popular", que sigue (cada vez más) la tendencia de simplificación iniciada por el Romanticismo, a veces con la intención expresa de llegar al mayor público posible. Ello no implica que no haya, en la música popular, sublimes compositores, que los hay. Pero sigue siendo formalmente (formal: referente a la forma) bastante sencilla. ¿Qué les ocurre entonces a nuestros oídos, cuando después de dos siglos de escuchar melodías simples repetidas mil veces sobre acompañamientos de digestión rápida, les ponemos una fuga de Bach? Que chirrían, pobrecitos, y con razón. Es como pasarse la vida sentado y, un buen día, levantarse y querer ganar una maratón. No somos más tontos que los que escuchaban a Bach en su tiempo, pero llevamos doscientos años sin entrenar.

Dicho esto, transcribo la pregunta que nos deja Albertdm en el consultorio CPA:

(...)siempre me ha llamado algo la atención la música clásica. El caso es que debido a mis limitaciones nunca sé con qué piezas (¿se les llama así en música clásica?) empezar a escuchar esta música.

Albertdm, eso que tú llamas limitaciones no son otra cosa que la consecuencia normal de las carencias musicales de nuestros tiempos. El cerebro no nace sabiendo escuchar música igual que no nace sabiendo dividir por dos cifras: tiene que aprender. Por lo tanto, más que un par de piezas sueltas que te puedan gustar, te propongo lo siguiente: un programa de entrenamiento completo para la parte musical de tu cerebro, y para la de quien quiera apuntarse a la aventura. ¿Qué te parece? Hoy veremos los aspectos fundamentales del programa, y trataremos de contestar a las preguntas que nos planteas. Más adelante iremos ampliando detalles, comentando aspectos específicos, proponiendo nuevas obras o ejercicios y respondiendo a las dudas que pudieran surgir. ¿Preparado? Vamos allá.

CPA MUSICAL TRAINING

Cuentan los que entienden de estos asuntos que, cuando se inicia un "entrenamiento musical", se suceden tres niveles de comprensión de la música. Son estos:

NIVEL 1. El cerebro tiende a asociar la música con imágenes, y la recuerda y entiende mejor si la relaciona con ellas.

NIVEL 2. La música es asociada a sentimientos y estados de ánimo, y se aprecian mejor los matices expresivos de la misma.

NIVEL 3. Prevalece en el oyente una comprensión intelectual de la música: estructura, características formales... El grado de perfección alcanzado en este nivel dependerá, lógicamente, de los conocimientos técnicos del que escucha, pero no es necesario ser Beethoven para lograr buenos resultados.

Empezaremos con el nivel 1:

NIVEL 1

Directrices:

- Trata de escuchar obras cortitas y de prestarles toda tu atención cuando lo hagas. Con una obra larga tu atención decaerá a los pocos minutos y te aburrirás, o no la escucharás completa y no tendrá sentido.

- Cuando escuches música, trata de plasmar en imágenes lo que escuchas. Puedes dibujarlo, si te apetece, aunque el resultado sea poco más que un borrón, o simplemente imaginarlo. Con las imágenes que quieras: como si fuera una película, dibujos animados, colores y líneas en movimiento... todo vale. Cuanto más detalle, mejor, pero trata de que cada detalle de la imagen tenga su correspondiente detalle musical. Puedes cerrar los ojos si así te concentras más.

- Música de fondo, mejor no. Nos comentas que sueles escucharla en el coche: aunque lo hagas, trata de reservar diez minutos para escuchar música en casa, sin nada ni nadie que te distraiga y sin estar pendiente de nada más. Esos diez minutos beneficiarán más a tu sentido musical que diez horas de oír música sin escucharla.


Obras propuestas:

Ketelbey: En un mercado persa-En el jardín de un monasterio. Ambas puedes escucharlas directamente aquí. Son dos obras cortitas y divertidas que describen ambientes (el de un mercado persa y el del jardín de un monasterio, je, je). Trata de imaginar cómo son a partir de la música: los vendedores, clientes y bailarinas del mercado, los pájaros y monjes del monasterio, etc., y qué es lo que crees que ocurre en ellos.


Mussorgsky: Cuadros de una exposición.
Es una obra formada por una serie de piezas cortas. Cada una describe un cuadro que el compositor va viendo en una exposición. A veces, entre cuadro y cuadro hay una especie de "intermedio", el famoso Promenade, que representa al propio compositor paseando de un cuadro a otro y que va cambiando según el humor y los pensamientos del mismo.

Hay dos versiones: la original para piano solo, y otra para orquesta. Las dos son impresionantes.

Para que la puedas seguir fácilmente, esta es la estructura:

Promenade.

Cuadro 1º: Gnomos.

Promenade.

Cuadro 2º: El viejo castillo.

Cuadro 3º: Tullerías.

Cuadro 4º: Bydlo. Representa a unos campesinos polacos trabajando en el campo con los pesados carros. Esta es la versión para orquesta:



Promenade.

Cuadro 5º: Ballet de los polluelos en sus cascarones.

Cuadro 6º: Samuel Goldenberg y Schmuyle. Representa una discusión entre un judío rico y uno pobre.

Cuadro 7º: El mercado de Limoges.

Cuadro 8º: Catacumbas, sepulcros romanos.

Cuadro 9º: Hablando a los muertos en lengua muerta.

Cuadro 10º: La cabaña sobre patas de gallina.

Cuadro 11º: La gran puerta de Kiev.

La obra completa en versión para piano, aunque no dividida por cuadros sino en tres grandes trozos, aquí.

Mismo sistema de antes: trata de averiguar cómo son los cuadros.


Saint-Saëns: El carnaval de los animales.
Otro conjunto de pequeñas y deliciosas piezas. Cada una describe a un animal, algunos realmente curiosos. Estructura:

1.- Marcha real del león.

2.- Gallinas y pollos.

3.- Asnos salvajes.

4.- Tortugas.

5.- El Elefante.

6.- Canguros.

7.- Acuario.



8.- Personajes de largas orejas (animal imaginario).

9.- El cuco.

10.- Volatería (palomas).

11.- Pianistas (¡¡!!).

12.- Fósiles (¿?).

13.- El cisne. Conocidísimo.

14.- Final. (¿De qué película te suena? Piensa, piensa...).


El cisne, Fósiles y el Final, aquí.

Se trata de una obra plagada de fantasía, así que no trates de encontrar en ella retratos realistas de los animales. Más bien, no temas adornar tus imágenes con los detalles más absurdos que se te ocurran.


Grieg: Peer Gynt.
Narra la historia de un joven que, tras la muerte de su madre, se lanza a recorrer lugares exóticos, hasta que al final decide volver a los brazos de su amada, que le espera. La obra está organizada en dos suites, que es lo mismo que decir en dos grupitos de piezas, pero más corto:

Suite nº 1:

La mañana.



La muerte de Aase.

Danza de Anitra.

En la cueva del Rey de la montaña.




Suite nº 2:

Lamento de Ingrid.

Danza árabe.

El retorno de Peer Gynt.

La canción de Solveig.

Muerte de Aase, Danza de Anitra y El retorno de Peer Gynt, aquí.

Es una obra descriptiva, en parte, pero también intenta expresar diferentes sentimientos: dolor, alegría... También ese aspecto puede ser plasmado en imágenes, pero vas a necesitar un poco más de imaginación.


Suficiente para empezar, ¿no crees, Albertdm? Como comentamos antes, en futuras entradas iremos proponiendo más obras y ejercicios y ofreciendo más información, e incluso volviendo sobre estas mismas obras con más profundidad. Me quedan un par de detalles que comentarte:

- Hay muchas páginas en Internet que, seguramente con la mejor de las intenciones, ponen para escuchar música clásica en formato MIDI. El formato MIDI es una aberración que suena a organillo de feria. Huye de ellas como de la peste.

- Me preguntas sobre Mozart. Hombre, yo te contestaría como el del chiste *, que para escuchar a Mozart cualquier momento es bueno, pero lo aconsejaría más adelante. De todas formas, si te gusta no te prives. ¿Tienes el Requiem? Es impresionante, maravilloso, sobrecogedor. La Misa en Do menor tiene también momentos brillantes, brillantísimos. Y tantas otras...

- ¿Música en MP3? ¡Por supuesto! Pierde un poquito de calidad, vale, pero mucho peor sonaban los discos de vinilo y bien que nos las apañábamos con ellos. Lo que sí sería una barbaridad es que te gastaras cientos de euros en discos sin saber siquiera si te van a gustar. Usa el Emule, busca, experimenta, escucha distintas versiones de la misma obra si te apetece (te sorprenderá la diferencia que existe a veces). De comprar cedés siempre hay tiempo.

- ¿Sabes dónde sí que hay diferencia, dónde merece la pena gastar los cuartos? En la música en directo. Escuchar un disco está bien, pero estar viendo a la orquesta, sentir el ambiente, notar cómo el asiento vibra con la música... guau. Puedes encontrar entradas a muy buen precio, incluso gratis. No te recomiendo aún, eso sí, que te metas en una ópera larga o una sinfonía, porque puedes acabar de los nervios. Si te topas con un concierto de una obra que ya conoces y sabes que te gusta, perfecto; si no, trata de informarte y busca obras cortas y no demasiado enrevesadas, de momento. Normalmente, en las páginas de Internet de los distintos teatros cuentan un poco de qué va el espectáculo. Si dudas, escríbenos.

Es todo por el momento. A ti, Albertdm, y a todos ustedes, les recuerdo que estamos en nuestro correo para cualquier pregunta que les surja. Y, sobre todo, diviértanse, que de eso se trata.

Fe de erratas: Me comentaba muy acertadamente Anonimia hace poco que, en el resumen al vuelo de la Historia de la música que se hace en esta entrada, me he dejado totalmente en el tintero la corriente de música popular que siempre ha existido, y a la que tanto le debe nuestra música popular actual (piensen, por ejemplo, en el flamenco o en las canciones de plantación de los negros). Reconozco el error y les pido perdón por él. Sin embargo, opino que no afecta al meollo de la cuestión: por qué es necesario aprender a escuchar.

* Dos novicios se encuentran en el patio del seminario, uno de ellos con expresión contrariada. "¿Qué te ocurre?", le pregunta el otro. "Que le he preguntado al abad si puedo fumar mientras leo el breviario y, además de decirme que no, por poco no me echa a patadas". Al día siguiente, el novicio que había sido regañado encuentra al otro sentado en un banco, con el breviario en una mano y un enorme cigarro en la otra. "¡Pero hombre!", le dice, "¡que el abad te va a sacar el hígado si te pilla!". "Tengo permiso del abad", responde el interpelado. "¡¿Que tú quééé?!", dice el otro. "Como lo oyes", responde el que estaba fumando. "He ido a preguntarle al abad si podía leer el breviario mientras fumaba, y me ha respondido que para leer el breviario cualquier momento es bueno".

26 Comments:

At 23/12/06 14:53, Blogger Adrià dice...

Plas plas plas plas!
Susana, sencillamente genial. Este post no se puede pagar con dinero.

Aquí hay un rato largo de música buena.
Y como esto es un comentario y la idea es aportar algo, aprovecho para reforzar la idea de escuchar el Requiem de Mozart como pieza sublime del compositor de Salzburg.

 
At 23/12/06 16:24, Anonymous Anónimo dice...

[modo expresivo ON]Me quito el sombrero y me inclino.[modo expresivo OFF]

¡Pedazo de regalo navideño!
Esto es mucho más de lo que cualquiera esperaría, por lo tanto, y publicamente, muchisimas gracias y corroboro el comentario de Adri, esto no se paga con dinero. Aunque, pensándolo bién, seguro que en forma de libro mucha gente pagaría por esto (apúntatelo), yo el primero que lo compraría si lo encontrara en una librería.

Buscaré esos minutos necesarios para seguir este curso.
El aMule (sí, con "a" en su versión GNU/Linux) ya está trabajando para conseguir el material.

En cuanto a Mozart, el Requiem llevo años escuchándolo y cuanto más lo escucho más me gusta.

Un saludo

 
At 24/12/06 13:17, Blogger Fernando* dice...

Estupendo regalo!!!

gracias Susana! esto es precisamente lo que necesitaba para empezar a conocer un poco mas de mñusica clásica.

Feliz Navidad :D

 
At 24/12/06 23:11, Blogger Susana dice...

Muchas gracias por vuestros elogios. Si cuando terminemos el programa (aún nos queda un largo y espero que divertido camino que recorrer juntos) vemos que merece la pena, podríamos plantearnos ponerlo en formato de texto y colgarlo en el Emule (y el Amule), para los que lo prefiráis en papel. A ver...

 
At 2/1/07 10:49, Blogger Remo dice...

Presionante. Nigualable. Spectacular. Muchas gracias por esta pedazo de introducción. Da gusto leerte.

 
At 6/1/07 23:17, Anonymous Anónimo dice...

Hola! Primero de todo quería decir que me encanta tu blog, lo leo desde que fue fundado prácticamente.
Solo quería comentar lo que dices de como nació el romanticismo. Si cogemos a Beethoven como paradigma del músico romántico creo que no son nada acertados tus comentarios. Él reclamaba sus derechos como artista, es más, no dudaba de ellos. No creo que se rebajase a hacer música para llegar más a sus oyentes. No creo que me explique muy bien, pero él fue uno de los encargados de migrar del clasicismo al romanticismo y sus motivos creo que estarían, más que en atraer al nuevo público, en una nueva forma de expresar sus sentimientos. Esa es la base del romanticismo-
Nos vemos!

 
At 7/1/07 00:53, Blogger Susana dice...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 
At 7/1/07 01:18, Blogger Susana dice...

Cierto, Nigu. Un cambio de movimiento artístico es un fenómeno tremendamente complejo y no puede explicarse en dos párrafos. Más adelante tendremos ocasión de verlos en profundidad, ahora solo se trataba de introducir el tema. Pido perdón si, por simplificar demasiado, he podido inducir a error o confusión.

Trato de aclarar un poco la idea: Todo cambio de corriente artística se produce a raíz de cambios filosóficos, sociales, económicos y artísticos, ninguno de los cuales es independiente de los demás. El arte suele ser un reflejo de la sociedad en la que surge. Lo que el músico (o pintor, o escritor...) observa, lo que vive, lo que le rodea, lo que escucha, la gente con la que conversa, indudablemente le influye (léase inspira, condiciona, constriñe, ilumina, mueve a rebelión, a compromiso social, a deseos de evasión, a felicidad...). Y en la sociedad del Romanticismo, los cambios económicos producidos por la Revolución Industrial fueron cruciales, decisivos, fundamentales. El otro factor fueron las luchas de poder que culminaron en la Guerra de los Treinta Años y la Paz de Westfalia. Y a partir de ahí nacieron los demás cambios: sociales, filosóficos, artísticos. No es casualidad que dos de las ideas defendidas por los artistas románticos fuesen el liberalismo político (o sea, burgués) y el nacionalismo.

Yo tampoco creo que Beethoven se vendiera (¡menudo carácter tenía el hombre!). A algunos, la mayoría, les encantó la nueva moda e hicieron maravillas con ella; tal vez otros tuvieron que amoldarse un poco, y quizá otros sí que se vendieron para poder comer calentito. Pero es indudable que triunfaron porque hacían lo que el público quería. Si en lugar de música grandilocuente y relativamente simple se hubiesen dedicado a componer complicadas fugas, no habrían sido famosos compositores sino anónimos operarios de telar. Igual que hoy en día (salvando las distancias, pero para que nos entendamos) puedes hacer salsa y forrarte o hacer música experimental en el tiempo libre de servir copas. Y en el Romanticismo aún no se habían inventado las becas ni las subvenciones...

 
At 12/1/07 08:22, Anonymous Anónimo dice...

Hola, vengo de CPI, no conocía este blog, y esta entrada me ha parecido sencillamente maravillosa.

Yo empecé a escuchar música clásica cuando tenía unos 19 años (ahora tengo 34) y desde entonces no he parado (aunque escucho también mucha "música popular"), siempre desde el punto de vista digamos amateur, si bien me gusta leer de todo y no tengo problemas en por ejemplo reconocer cosas de tipo "exposición-desarrollo-reexposición.

Bueno, que lo que iba a decir es que la primera obra que escuché a esos 19 años, fue el concierto para piano (el 1º) de Chaikovsky, y fue increíble porque desde la primera hasta la última nota estaba permanentemente flipado, me olvidé del resto del mundo, sólo eramos el concierto y yo (joer, qué cursilada) y evidentemente ahí empezó mi romance con la música clásica.

Y esto viene a que tal vez no sea necesario empezar con música sencilla ni "evocadora" sino simplemente con algo que por algún extraño motivo te "atraiga", por muy complejo o abstracto que sea. Si bien también he de decir que recuerdo que cuando era pequeño en mi casa se oía mucha música clásica porque a mi padre le gusta mucho. Aunque en aquel entonces yo pasaba absolutamente de ella, es posible que el oído se me fuese educando inconscientemente, no sé.

Y también quería aconsejar a quien esté empezando las obras "Guía orquestal para jóvenes Op.34" de Benjamin Britten y "Pedro y el lobo" de Sergei Prokofiev, que están en la linea educativa que comenta la entrada.

Bueno, ya me callo. Un saludete y en cuanto pueda os enlazo ;)

 
At 12/1/07 11:10, Blogger Diego Rodriguez-Vila dice...

Igual que Julio vengo de CPI y ya tengo este blog en mis favoritos de bloglines.

También recomiendo la películad Fantasía, de Disney, que aúna muy bien imágenes y sonidos.

Hay otra película italiana, que hace lo mismo que Fantasía pero en 1977 y se llama "Allegro ma non troppo", en un estilo completamente diferente, mucho más gamberra, por decirlo de alguna manera, que también es fantástica. Tiene menos medios que Disney, pero el mismo o más talento incluso.

Otras recomendaciones para principiantess:
- "La danza del sable" de Aram Katchaturian
- el "Dies Irae" del Requiem de Verdi. Nada que ver con el de Mozar pero igual de sobrecogedor.

 
At 12/1/07 11:13, Blogger Diego Rodriguez-Vila dice...

Corrección: la película se llama "Allegro non troppo", sin el ma.

Y Mozar es Mozart, claro.

 
At 12/1/07 11:24, Anonymous Anónimo dice...

Lamento discrepar, pero no estoy muy de acuerdo con el artículo. Pretender asociar la evolución de la música al dinero me parece una exageración. Al decir esa media verdad, se ignora la música popular del pasado y se minimiza la educación musical del presente, como si fuese obligatorio ser noble y rico para apreciar una fuga de Bach, por ejemplo.

Con otras cosas como la necesidad de asociar la música con imágenes tampoco estoy muy de acuerdo, y lo que se comenta de que nuestro oído está desentrenado respecto a la época de Bach... seguramente, pero habría que ver cómo reaccionarían los clásicos si escucharan música moderna. Cada cual se adapta a lo que tiene.

 
At 12/1/07 11:34, Blogger DrimeR dice...

Julio dijo: Y también quería aconsejar a quien esté empezando las obras "Guía orquestal para jóvenes Op.34" de Benjamin Britten y "Pedro y el lobo" de Sergei Prokofiev, que están en la linea educativa que comenta la entrada.

Justamente iba a recomendar esas obras (aunque yo no recordaba los autores), mi madre nos las ponia de pequeños, y nos divertiamos mucho. Luego "la clasica" ha ido llendo y viniendo en mi vida, pero supongo q el oirla desde pequeño me ha ayudado mucho a disfrutar de la musica, sea del tipo q sea...

Me encanta vuestro blog!

 
At 12/1/07 16:12, Anonymous Anónimo dice...

Soy aficionado a la música desde antes de que me salieran los dientes y seguiré siéndolo cuando ya los haya perdido todos.
Acabo de descubrir este blog y os va a costar libraros de mí. Susana, gracias.

 
At 14/1/07 13:10, Anonymous Anónimo dice...

HOLA,

Os escribo aquí porque no he visto que tengais ningun contacto directo de email.

Un amigo me ha pasado vuestro link, y me he quedado sorprendido de encontrar alguien que piensa en una línea muy parecida a la mía.

Hace un año empecé a gestar un 'proyecto' similar al vuestro, centrado solo en el análisis musical: se llama www.stereotips.com
Quizás os pueda interesar. Si os parece bién, contactar conmigo, e incluso más adelante podríamos enlazarnos mutuamente en nuestras respectivas páginas para conseguir un mundo de gente con más criterio propio...

un saludo desde Munich,

ferran

 
At 15/1/07 14:14, Blogger Susana dice...

¡Hola, Ferrián!

Nuestro correo es curiosoperoconarte@gmail.com. Allí nos tienes cuando quieras.

Tu página es muy interesante, pero mucho. El enlace ya lo tienes. Nos pondremos en contacto contigo en el correo y a ver qué se nos ocurre, ¿de acuerdo?

 
At 15/1/07 18:33, Blogger adolfomtz dice...

Me pregunto de que lado de la barrera generacional me estoy quedando, mis primeron contactos con la musica "clasica" los obtuve de las caricaturas de bugs bunny y el barbero de sevilla, o Tom y Jerry, etc.
L aparte interesante de todo eso es cuendo terminas escuchando la musica y disfrutandola sin las imagenes o cuando te la topas en alguna estacion de radio.

 
At 16/1/07 18:41, Blogger txarli dice...

no conocia este blog, y la primera impresion no podia ser mejor,

sencillamente estupendo.

gracias!

 
At 2/3/07 09:22, Anonymous Anónimo dice...

esta pagina s una puta mierda o una paja mal echa,me cawen la puta musika esta de mierda,y en todos los muertos k vean sta pagina,A BUFARRRRRR!!!!

 
At 2/3/07 09:25, Anonymous Anónimo dice...

KOOOO!!STO ES UNA PUTA PAJA MAL EXAA,ME CAWEN VUESTROS MUERTOS STOY AKI EN EL PUTO INSTITUTO PA VER STA PUTA MIERDA,A BUFARRRRR!!!

 
At 4/3/07 23:55, Anonymous Anónimo dice...

esta juventud siempre pensando en pajas....


Que buenos recuerdos, sniff

 
At 25/3/07 23:54, Blogger Abril dice...

>>¿Música en MP3? ¡Por supuesto! Pierde un poquito de calidad, vale, pero mucho peor sonaban los discos de vinilo y bien que nos las apañábamos con ellos.

Poco acertado. Los discos de vinilo, al ser un formato analógico, brindaban una calidad de sonido mayor que cualquier formato digital, incluidos los CDs de hoy en día. Otra cosa es cuando los discos están rayados o desgastados, es otra historia.
Al menos es lo que yo tengo entendido, perdonad si me equivoco.

 
At 26/3/07 01:40, Blogger Susana dice...

Bueno, a las pruebas me remito: ponga a sonar un disco de vinilo recién comprado y un cd, y a ver cuál reproduce el sonido con más fidelidad.

 
At 8/5/07 05:51, Anonymous Anónimo dice...

http://www.dmst62.jimdo.com/

 
At 29/4/09 15:16, Anonymous Anónimo dice...

Descarga de música clásica e información sobre la misma en...

http://www.refinandonuestrossentidos.com/

 
At 8/5/09 12:51, Anonymous Rockatansky dice...

Lista de todas las canciones en Spotify:

http://open.spotify.com/user/rockatansky/playlist/0acV1UrZj5eA9bgTerhmHh

 

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