miércoles, noviembre 22, 2006

AZOGUE: 1. MERCURIO. 2. PLAZA DE ALGÚN PUEBLO, DONDE SE TIENE EL TRATO Y COMERCIO PÚBLICO.

Bueeenoo... ahora que he terminado el primer volumen de El Ciclo Barroco va siendo hora de parar un momento para hacer balance... ¿Ein? ¡Ah, claro! Me sopla mi taza parlante (permítanme aclararles: a partir de ciertas horas de la madrugada y de ciertos niveles de agotamiento, TODO es parlante) que igual alguien no sabe de qué estoy hablando, así que empecemos por el principio (la línea de comandos, je, je):

Neal Stephenson es un señor muy inteligente y muy culto que escribe realmente bien. Empezó con La Gran U (que no he leído); Zodiac, Snow Crash y La Era del Diamante, tres novelas ambientadas en mundos con una tecnología muy desarrollada (especialmente en las dos últimas), pero cada vez de forma distinta. Además, en cada una de las tres encontramos una sociedad organizada de diferente manera. En Snow Crash, por ejemplo, Stephenson desarrolla admirablemente un mundo organizado en "Franquicias" (una especie de comunidades-empresa), mientras que en La Era del Diamante los vínculos entre la gente son ideológicos... y eso lo cambia todo. En estos mundos, Stephenson suelta a sus personajes, siempre listos y valientes y con un magnetismo irresistible, a que se abran paso a sablazos y patadas. Y luego nos lo cuenta, con un sentido del humor ácido, con metáforas poderosas e inesperadas y, de vez en cuando, con agudísimas reflexiones que hacen que la novela enraíce profundamente en el lector.

Después de estas tres novelas, Stephenson escribió un ensayo cortito y altamente recomendable para cualquiera que use el ordenador para algo más que chatear: En el principio fue la línea de comandos (de aquí mi chiste malo del principio).

El mismo año de En el principio... comenzó otra etapa literaria: la saga Waterhouse-Shaftoe. Siempre con la ciencia, la tecnología y la criptografía de fondo, Stephenson comienza a seguirle la pista a varias generaciones de estas dos familias. La primera novela de la serie es Criptonomicón. La segunda es El Ciclo Barroco, cuyo primer volumen, Azogue, es el que acabo de terminar. Se ambientan en la Historia real, salvo algunos elementos que Stephenson introduce de su propia cosecha... pero no dice cuáles, con lo cual resulta una especie de mundo paralelo en el que el lector tiene la sensación de haber vivido siempre.

En cuanto a los personajes, siguen en la línea de las novelas anteriores (que siga, que siga...). Los Waterhouse son los científicos: reflexivos, un poco (a veces muy) torpes en las relaciones sociales, brillantes. Los Shaftoe son los aventureros: militares, buscadores de tesoros, pícaros. Como nexo, Enoch Root, un misterioso personaje de barba roja y vestido con una capa, que igual aparece en la Segunda Guerra Mundial que en el siglo XVII, para dar un giro decisivo a la trama. Amén de otros personajes igualmente fascinantes, como el Goto Dengo de Criptonomicón, un soldado-ingeniero japonés que hace malabares, metafóricamente hablando, para tratar de mantenerse vivo en la II G. M.; o la Eliza de El Ciclo Barroco, una chica guapa, lista y distinguida rescatada de un harén, que trata de ganarse la vida entre la compra-venta de acciones y las intrigas palaciegas.

Si Criptonomicón estaba ambientada en el s. XX, El Ciclo Barroco comienza (saltos temporales aparte) mucho antes, justo cuando Isaac Newton es el nene chiflado del colegio. A partir de ahí, sobre toda una red de dinastías y parentescos y vaivenes políticos, sobreviven como pueden Daniel Waterhouse (filósofo natural) y los hermanos Jack y Bob Shaftoe (vagabundos). Luego Jack encuentra a Eliza... Y hasta aquí puedo leer, que no quiero destriparles la trama.

Mi veredicto: Stephenson se ha superado. Cada vez escribe mejor: el ritmo está genialmente logrado, los personajes son más complejos e individualizados que en sus anteriores novelas, el lenguaje es más potente y, además, se ha documentado de una forma impresionante. Y, de nuevo, espléndida traducción al español de Pedro Jorge Romero.

Mi momento estelar: hay multitud para elegir, pero me quedo con la parte en que Leibniz (que sale en la novela) critica el enfoque geométrico de Newton (que también sale) sobre la mecánica. Chapó.

Me quedan aún dos volúmenes (cinco libros en total): La Confusión y El sistema del Mundo. Ya les contaré. Mientras tanto, acabo de descubrir este sitio, en inglés, donde se comentan cosas sobre la novela, y que no tiene mala pinta.

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3 Comments:

At 22/11/06 23:33, Blogger Susana dice...

Muchas gracias por los elogios, y por tu comentario cuatro en uno, Pelous. Tienes razón en lo de los nombres, máxime porque cada personaje tiene además un par de sobrenombres y otros tantos títulos por los que se les conoce indistintamente. Yo creo que al final se había liado con Versalles, pero no me hagas mucho caso...

Sin embargo, a mí me gusta más cómo está escrita Azogue. Encuentro a Stephenson más maduro, más audaz con las palabras, más perfeccionista. Aunque también te digo que el Lawrence Pritchard Waterhouse de Criptonomicón es absolutamente insuperable, y que el tema de Enigma es irresistible. Pero me encanta Azogue, de todas formas. Y me muero de curiosidad por saber qué viene ahora...

 
At 1/12/06 12:08, Blogger Remo dice...

En ello ando yo también, con Azogue. Está genial. Me resulta más fácil perderme con los personajes, como a Pelous, pero disfruto como un enano. Besos mesetarios, Susana.

 
At 12/10/09 17:41, Blogger Tomás Martínez Coronado dice...

ADORO a Neal: tengo 16 años y ya me he leído Criptonomicón y El Ciclo Barroco enteritos T_T

si quieres visitar mi blog (yo me pasaré por el tuyo xD), es http://nodesperteisalosmuertos.blogspot.com


Salud!

 

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