lunes, septiembre 24, 2007

EXCREMENTADA EXPOSICIÓN

UN HOMBRE ORINA SOBRE UNA PIEZA DE EXPOSICIÓN EN UN MUSEO.

Claro que lo primero que hay que advertir es que la susodicha pieza era un urinario. La noticia nos la ha mandado Adrià.

Un tal Vassiliy Kovalchuk, de 48 años, fue detenido por orinar en una pieza de exhibición en el Museo Kiev que exponía una muestra sobre la historia del retrete. Interesante, sin duda.

La cuestión es: ¿Fue hecho como un acto de sabotaje ante la exposición? ¿Como un acto artístico de performance? ¿Como un acto de necesidad?

Pues ninguna de las tres cosas. Por las afirmaciones del sujeto parece que fue porque le dio la real gana. Kovalchuk dijo: "No me había dado cuenta de que eran solo para mirar”. Más bien de tanto mirar se motivó lo suficiente. Vamos a ver, será que no sabía leer, pues al parecer los organizadores, muy prudentemente (creo que a mí no se me hubiera ocurrido), se habían molestado en poner cartelitos por todos lados donde ponía “NO USAR”.

Bueno, señores, pues esto no es la primera vez que sucede. Según el periódico BBC MUNDO en su artículo “Ataque al más famoso urinario” se menciona:

La policía informó que el individuo había orinado sobre la famosa obra avaluada en más de US$3 millones cuando era exhibida en Nimes, sur de Francia, en 1993.

Al parecer, un francés atentó dos veces contra la misma obra, considerada como la más relevante del S XX. La primera, tal y como he mencionado, en 1993, y la segunda en el 2006 golpeándola con un martillo, alegando que el acto era en sí una obra de arte.

Imagino que todos ustedes conocerán y sabrán cual es la obra más relevante del arte moderno...

-¿El Guernica o Las señoritas de Aviñón de Pablo Picaso?

-¡Uhmmm...! ¡No!


-Tal vez ¿La Danza de Mattisse?

-¡Uhmmm...! ¡Tampoco!

-¡Ya está! ¿La persistencia de la Memoria de Salvador Dalí?

-¡Desde luego, no dan ustedes una!

-¡PUES CUÁL, SI NO!

-Es el comúnmente llamado El Urinario de Marcel Duchamp.

A ver, ¡NO! ¡Ni me drogo, ni estoy borracha! …Y el triste vaso de coca-cola que me acompaña tampoco está en mal estado.

¿Perdonen?...¿Qué?...Es que no les oigo bien… ¿Qué cuál es el mérito de hacer un urinario? ¿Que usted tiene un primo en Móstoles que tiene una fábrica de esos y que a él nadie le llama artista?

Un momento, un momento, ¡sin abusar! ¡Que no lo hizo él! Duchamp lo eligió, lo compró en una tienda, lo firmó bajo el seudónimo de "R. Mutt" y luego lo expuso en 1917 bajo el título de La Fountain (la fuente) y afirmó que aquello era una obra de arte.

Y es que esta creación fue elegida en primer lugar en una encuesta realizada entre 500 expertos en arte para promocionar el Turner Prize, un importante y polémico premio de arte moderno en Inglaterra.

Imagino que si no están familiarizados con las tendencias del S. XX, más de uno pensará: "¡QUÉ JETA!" Pero... ¿es esto cierto? ¿Era Marcel un caradura sin más? No, seria muy injusto tratar así a Duchamp.

Lo que aportó fue un cambio radical. Hasta esa fecha toda la comunidad artística entendía que la obra era el objeto en cuestión (la pintura o la escultura realizadas por el artista) pero en el caso de La Fountain la obra no es el urinario en sí, sino el acto, la acción. Así pasamos de un arte objetual al arte conceptual, también llamado idea art. La idea se antepone por encima de todas las cosas, entendiéndose que el objeto es un mero vehículo para expresar la idea del artista. Se considera que lo más importante es la experiencia producida antes que el objeto mismo.

Pero claro, si lo piensan por un momento, semejante acción fue, sin duda (y más en su momento) un acto desafiante. Piensen que estamos hablando de principios del siglo pasado y, aunque multitud de nuevos movimientos como el futurismo o el cubismo, por mencionar alguno, surgían de forma revolucionaria contra las concepciones establecidas, aquello fue sin duda una provocación en toda regla frente a los críticos e incluso la comunidad de artistas.

Y es que no puedo dejar de imaginarme a Duchamp en su casa, revolcao por los suelos de la risa, imaginando la cara del resto cuando se encontrara con la contundente acción. El mensaje transmitido está clarísimo. Bien podía haber escogido otro objeto, no sé, un espejo, una mesa, un "veteasaber" o un "queséyo", pero no, él escogió un urinario (¡que es para mearse!). Y lo realizó con toda su intención, un acto lleno de cinismo y probablemente de desprecio.

Y es que su obra posee un elemento de burla al espectador, al considerarle carente por completo de significado o mérito artístico. De todas formas La Fountain no surge de la nada, pertenece a un grupo que engloba lo que se conoce como ready-made, que consistía simplemente en la combinación o disposición arbitraria de objetos de uso cotidianos. Como por ejemplo esta obra titulada The Bicycle Wheel (1913).

The Bicycle Wheel

Esta escultura ya no nos resulta tan extraña como el urinario porque no tiene ese aspecto morboso y desafiante, y es que ese objeto presenta un tabú escondido en nuestros pueriles prejuicios, un prejuicio que él desveló y sacó a la luz. La próxima vez que vayan a Ikea y vean una preciosa lámpara formada por lo que asemeja una red de un colador o un cenicero que recoja elementos de fontanería, piensen en Duchamp, un hombre pionero que abrió puertas al arte y la estética.

Estamos ante la presencia de un autor crítico que cuestionó hasta la última de las ideas preconcebidas, introduciendo una fuerte crítica a la institucionalización y al fetichismo de las obras de arte. Se burlaba abiertamente de las “lecturas” que los críticos solían establecer. Pero no solo él; sin ir más lejos, Salvador Dalí solía decir:

Esto que he hecho no sé lo que es, pero está lleno de significado.

Todo esto generó enormes tensiones incluso dentro del mismo círculo surrealista. Prueba de ello es esta singular pintura, en la que se atreve a poner perilla y bigote nada menos que a La Gioconda, una acción que independientemente del resultado técnico del cuadro es para cualquier purista poco menos que un sacrilegio.

Marcel Duchamp, L.H.O.O.Q. (1919)

Según palabras del propio Duchamp:

Lo más curioso sobre este bigote y esa perilla es que, cuando los miras, la Monna Lisa se convierte en hombre. No es una mujer disfrazada de hombre; es un hombre auténtico, y ese fue mi descubrimiento, aunque no me diera cuenta de ello en aquella época.

Pero, fuera de esta imagen más irreverente de su carrera, Duchamp fue un autor de ideas, de reflexión, y aunque no fue muy proclive en cuanto a número de obras de arte sí lo fue en cuanto a las perspectivas que aportó, convirtiéndose en una figura fundamental para entender los posteriores desarrollos que se desencadenan en el arte moderno.

Se dedicó a dos temas principalmente: Por un lado, el ready-made, que acabamos de comentar, y por otro el arte cinético que estuvo presente en casi todo lo que hizo desde el principio.

Empezó a pintar en 1908, y fue partícipe de las muchas y diferentes corrientes artísticas que proliferaban en la época. Experimentó con el fauvismo, en donde comenzó a explorar los temas del movimiento y la transición. Luego pasó por una etapa cubista y, como Picasso o Braque, rechazó fervientemente la creación de teorías o manifiestos.

Durante una época, junto a sus hermanos, visitó con frecuencia el Grupo de Puteaux (que adquirió dicho nombre por que se reunían en la casa de Villon en Puteaux), en el se hablaba de dos temas cruciales para Marcel: La cuarta dimensión y el arte interpretado por la mente en lugar de por la retina (arte retiniano). Fruto de aquellas conversaciones realizó el cuadro Jugadores de ajedrez, que no destaca por su técnica pero sí por la intención que deposita en la actividad mental de los jugadores. No me pregunten por qué pero es uno de mis favoritos.

Esta pintura, además, representa la primera de una serie innovadora e incatalogable, pues Marcel jamás se detenía ante estilos o formalismo; simplemente, pasaba de una cosa a otra explorando todas las posibilidades que le ofrecía un nuevo trabajo.

Más tarde, introdujo juegos de palabras, como podemos ver en Desnudo bajando una escalera; uno de sus más célebres cuadros, que impresionó porque introdujo el título del cuadro dentro del lienzo, del que partió para su trabajo de la fotografía estroboscópica . El éxito de esta obra le animó aún más a buscar su propio camino sin adscribirse a teorías o grupos.

(...) quería inventar o encontrar mi propio camino, en lugar de ser un mero intérprete de una teoría.

Marcel Duchamp

Marchó a Munich y no se molestó en ir a conocer a Kandinski. Se interesó por Jules Laforgue, del que le agradó su humor cínico, el desapego de sus personajes y sus juegos verbales; y por Raymond Roussel, del que le impresionó fuertemente “la locura de lo inesperado” que creaba su obra a base de juegos de palabras, transliteraciones y retruécanos.

Esta trayectoría artística, que he tratado de resumir brevísimamente, constituyó los antecedentes de La Fountain. Piénselo: si Duchamp no se hubiese ganado primero con su innovador trabajo a un público, el acto hubiese quedado en el olvido.

De todas formas, hay algo que no ha dejado de darme vueltas en la cabeza. Duchamp creó la La Fountain para desafiar a los críticos, y estos, no sé cuántos años más tarde, le atribuyen esta obra como la mejor del arte moderno. Seguro que llevan toda la razón, no soy yo una experta para discutirlo, pero hay algo que me suena a chamusquina, algo que me hace pensar que al final le han ganado la batalla a un hombre tan luchador como polémico, normalizándole, otorgándole premios, sacralizando al que se mofó abiertamente de todo eso y se atrevió a pintarle bigotes y perillas a La Gioconda.

Tal vez si Marcel levantara la cabeza se sentiría indignado de que le realizaran tantas “lecturas” sobre su carrera y considerara la mejor opción liarse el mismo a martillazos con su excepcional “Fontnuntain” quitándole de las manos el martillo al francés que fue detenido. Como un nuevo signo de protesta, para provocar de nuevo el escándalo entre sus seguidores y alcanzar el desconcierto perseguido a lo largo de su trayectoria artística. O tal vez no, que a todos nos engorda el ego con alabanzas y nos produce gran satisfacción que nos reconozcan nuestro esfuerzo y trabajo.

Así que ya saben si un urinario puede ser una fuente, deténganse dos veces cada vez que observen la realidad que les rodea. Puede que un secador de pelo se convierta en una linterna o la puerta de un frigorífico en desuso se transforme en una estantería para C.D. De todas formas estoy segura de que por novedosos que nos resulten estos objetos de diseños tan prolíferos hoy en día, no estamos aportando ni una sola idea innovadora, nada que no se haya hecho ya, salvo por nuestra propia sensibilidad.


Enlaces:

BBC Mundo: Un urinario muy influyente.

No solo de pan vive el hombre

El ángel caído (aquí explica algo del bigote y la perilla de La Joconda de Duchamp.

A parte de tú. Revista de Filosofía.

Extracto de Diálogo sobre el arte, la arquitectura del mundo, con su arquitecto Joseph Beuys. Entrevista con Achille Bonito Oliva, 9 de abril de 1981 en Joseph Beuy, Ensayos y entrevistas, Editorial Síntesis, España.

Aquí podemos encontrar las obras de Duchamp

Etiquetas: , ,

6 Comments:

At 25/9/07 10:10, Blogger Adrià dice...

Al respecto de la obra maestra de Duchamp:
Ya comenté algo al respecto de esta obra en los comentarios de un artículo anterior.

2 o 3 comentarios más tarde aclaré que por suerte, la entrada es gratuíta.

No, si a lo mejor son unos visionarios adelantados a su tiempo y por consiguiente incomprendidos! :-/

 
At 26/9/07 01:05, Blogger AnonimiA dice...

¡Hola Adri!

¿Una preguntilla eres Adrià, mandaste la noticia? ¿o sois dos personas distintas?

Si, ya que en este caso como la obra no es el objeto que ves si no la acción, está claro que ir a verla no tiene que tener demasiado interés…¿Pero de veras piensas que alguien que te planta en la cara un urinario puede llamársele “pobre incomprendido”? Tiene gracia.

En fin a mi personalmente, me gustan sus reflexiones artísticas sobre el movimiento, la cuarta dimensión, la acción de la mente y su alejamiento del arte retiniano. Y me agrada su lado cruel y despectivo con el público, los críticos y todo lo demás.

“Fontnuntaint” No me interesa, solo era una excusa para mencionar la noticia que nos mandasteis, para que veáis que no hacemos oídos sordos a vuestros correos y que agradecemos de veras. Una excusa para hablar de lo que acabo de mencionar de él que si me resulta interesante. Pero lo que me llama la atención son las pasiones que despierta, ¡Es la mejor obra del mundo! ¡No vale nada!
Es un objeto, al igual que lo son la banqueta y la rueda de “The Bicycle Weel”
¿No crees que si se tratara de otro objeto tu memoria ya lo hubiese olvidado?

Por cierto, ¿vives en Barcelona? Como echo de menos esa ciudad. ¡Estoy frita por volver!
Un fuerte abrazo para toda la ciudad de Barcelona. Saludos.

 
At 26/9/07 21:34, Blogger Adrià dice...

Hola!

Pues sí, soy el "enviador" de la noticia y vivo en Barcelona :)

Leyendo tu comentario, me ha venido a cabeza una reflexión al respecto: la creación de Duchamp, como comentas, tiene como finalidad la de sorprender y crear una reacción al espectador (eso es precisamente una característica fundamental en el arte moderno, según mis paupérrimos conocimientos sobre Arte). Aun así, y sin dudar que crea esa reacción, juntar tanto "arte" de este calibre en una misma sala quizás inhibe esta idea inicial de los autores.
Por lo menos, en mi opnión personal al haber visitado el Tate, me fuí de allí con la sensación de haber visto un almacén de trastos y haber perdido el tiempo.
Quizás exagere un poco, salí de allí con un souvenir :)

Ah, y si te pasas (incluyo tambien a Susana, no la vamos a dejar fuera :) por Barcelona ya te invitaré a tomar un café.

Venga, dejo ya de rebuznar y sigo leyendo, jeje.

 
At 27/9/07 18:19, Blogger AnonimiA dice...

¡Je je!...No sabes donde te has metido.
Te tomo la palabra. Acepto encantada ese café.

Ah! Cuando escribí el kilométrico post pensé que jamás se lo leería nadie. Mereces un premio por ello.

Saludos y hasta pronto.

 
At 29/9/07 23:51, Blogger Susana dice...

Yo no me he leído el post pero ¿me puedo apuntar a lo del café? Es broma (lo del post, pero lo del café no; de hecho, procedo a imprimirlo para que sea legalmente vinculante).

 
At 29/5/08 22:54, Blogger JBF mx dice...

Me pregunto si realmente hubieras valorado el retrete de Duchamp, si no hubieras 'leído' las interpretaciones de los "expertos" al respecto.

Todo esto se reduce a montones de conceptos aprendidos servilmente a expertos y críticos de arte.

Como tú, la gente 'cree' demasiado en el arte moderno. Y más cree mientras menos entiende esas obras: no se atreve a contradecir al mainstream del mercado del arte.

Hablas de puristas... ¿dónde están?¿dónde está alguien que se atreva a deslustrar a Duchamp o a Warhol?

 

Publicar un comentario

<< Home

Creative Commons License
Las entradas publicadas en este blog están bajo una licencia de Creative Commons. Las imágenes, piezas musicales y textos en los que se indique expresamente esta circunstancia, pertenecen a sus autores.

Wikispaces