jueves, agosto 31, 2006

PARA LOS MÁS FRIQUIS

Dani (¡gracias!) nos envía este enlace:



Buenísimo. Buenísimo.

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lunes, agosto 28, 2006

LATUNG LA LA Y EL GRAN CREADOR.

Como ustedes recordarán, hace un tiempo escribí una entrada sobre el artista David Ymbernon. También recordarán que, en esa misma entrada, solicitaba toda la información que me pudiesen facilitar sobre él. Bien, pues fue el mismo Ymbernon el que, muy amablemente, no solo se puso a nuestra disposición para todo lo que quisiéramos saber, sino que nos envió un montón de material, autorizándonos además a publicarlo. Así que voy a dejar que sea él quien se exprese, con sus palabras y sus imágenes. A mí no me necesita para nada y seguro que no lo haría tan bien... Por supuesto, son palabras sacadas de un texto totalmente coherente (en el que sienta las bases de su Poesía Visual), para convertirse simplemente en pinceladas (desordenadas, descontextualizadas) de Ymbernon, pero creo que aún así dan mucho que pensar. Espero que no te enfades por lo que he hecho con tu obra, David, la de cortes que le he dado y la de cosas maravillosas que me dejo atrás. Señoras y señores, con ustedes, David Ymbernon Collage:


"¿Quién hace teatro? Existe una opinión generalizada que tiende a entender el teatro como la representación de una ficción mediante una historia escrita o una escenificación visual, ensayada y presentada como espectáculo con intención de ser rentable en el mercado de la cultura. Dicho esto, plantearemos el otro extremo: ¿una realidad puede ser entendida como teatro? Por ejemplo, ¿si ejecutamos unas ideas en un espacio escénico sin haberlas violado antes, es teatro? ¿Se puede hacer teatro sin hacer teatro? ¿Si en un escenario me comporto normal, hago teatro?"



"Ante obras de arte como, por ejemplo, el urinario de Duchamp, uno se pregunta si ésta ya era una obra de arte antes que Duchamp lo dijera, o si lo fue después, o si siempre ha sido un urinario y sólo ha cambiado el concepto con que es visto. Y me pregunto a continuación si una cosa que no es arte lo puede llegar a ser; y también si una obra propiamente dicha de arte lo puede dejar de ser. Por ejemplo, una obra de Picasso no es la misma ahora que antes, como seguro que Picasso ahora no la haría igual. De esta manera, una obra llamada vanguardista, innovadora o provocadora, con el tiempo se desgasta a medida que se va asimilando como una imagen cotidiana, y puede acabar siendo una antigüedad. Y continuo preguntándome si una antigüedad egipcia es una obra de arte, o si lo fue y ahora es simplemente un testimonio artístico de la época, que gusta a los entendidos, a los especialistas en la materia. Dicho todo esto, llego a la conclusión que quien otorga la licencia de arte o no a una obra es, como nos enseña Duchamp, el espectador. De manera que el urinario es una obra de arte involuntaria, desde el punto de vista del urinario. Así, una conversación entre dos mujeres en un mercado puede ser un espectáculo involuntario o una imagen espontánea en el tiempo que puede emocionarnos por su gracia; puede suponer un hallazgo con un valor muy importante, hasta el punto de verlo como una escena sin voluntad por parte de esta escena, pero espectacular, digna de espectáculo."


"Precisamente por la no intención del paisaje que contemplo, mi ritmo se dispara al imaginarme un escenario nevado con un poco de niebla, una farola de calle encendida en medio de la escena, un cocinero vestido todo de blanco que la cruza, un huevo con alas que pasa volando, etc."






"...¿se entiende, el arte abstracto? Pienso que no desde la racionalidad o desde la narración. Y me pregunto después: ¿se entiende, un cuadro figurativo? Aunque éste nos puede describir una montaña, una casa, un río o una vaca, puede no decirnos absolutamente nada. Y la obra abstracta nos puede gustar mucho precisamente porque no nos describe nada; la magia, pues, va por otro lado."


"También el tiempo del espectáculo lo puede determinar el público y no la representación. Por ejemplo, en un museo hay quien queda fascinado ante un cuadro y lo observa durante mucho rato, entusiasmado. Y sin embargo, hay quien pasa por delante de la misma obra como si nada, porque no le dice nada."





"El teatro se decanta por la representación de una ficción en detrimento de la escenificación de una realidad."


"¿Qué es una obra emocional? Una obra emocional es una obra sin voluntad de ser moderna, clásica, provocadora, trangresora, etc., es -por su insumisión a todas las voluntades previas- el que es."



"Toda interpretación teatral es falsa en sí. Si uno tiene tos, ha de toser y no aguantarse. Ha de prevalecer la verdad, y es ésta la que ha de conducir la obra, el espectáculo."


"El teatro siempre trata el público de respetable por el mero hecho de ser público, y esto ya es un síntoma claro de sumisión ante éste. ¿El público o la crítica trata siempre de respetable al artista? …Éste tampoco se ha de creer respetable por el hecho de ser artista, que es como ser cualquier cosa."


"El espacio es tan importante como la obra. La escenografía no es un complemento ni una obra de arte anexa al guión; en el teatro plástico, no sólo forma parte de la obra, sino que es lo que amalgama todo el espectáculo, lo que se llama el fundamento. Y como partimos de la realidad y no de escenificar una falsedad proveniente de libros, la escenografía ha de ser real; así, un coche de cartón no es un coche de verdad, tiene que hacer de coche de cartón."


"Y como el arte, la realidad, si existe sólo es, no es ni útil ni inútil. Y me pregunto si existe una elección más útil que la de vivir nuestra existencia de acuerdo con el arte, puesto que el sentido práctico de la vida tampoco no tiene una razón lógica. Y el arte, por el hecho de ser inútil, existe, como un impulso de la vida."


¿Quieren más?

- El dos de septiembre en el Festival Maçart, a las 22:00 h.
- En la revista CASA VIVA (en el número 112, que acaba de salir) se puede ver un reportaje del “Pis Fundació Elisabet Augé david Ymbernon”.
- El doce de octubre estrenará un nuevo espectáculo en Panorama.
- Para ver el reportaje que hizo La Dos sobre él (realmente interesante), pueden ir a www.miradas2.tve.es (BUSCADOR DE REPORTAJES Fecha: 2006-07-27 Categoría: Otras miradas - Arte - Artista: David Ymbernon).
- Un poco más de su trabajo en http://www.joanprats-artgrafic.com/ o http://www.edicionespoligrafa.com/verautores.do



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miércoles, agosto 16, 2006

ANONIMIA

Hola a todos. Dicen que todo lo bueno se hace esperar, pero no siempre lo que se hace esperar es bueno... Mi amiga Susana tiene mucha fe en mi, lo cual nunca ha dejado de sorprenderme.

En fin, ¿por qué el seudónimo de Anonimia?

¿Porque no encontraba nada que sonara peor?

¿Porque lo inventé un día recién levantada, aún poco consciente de las consecuencias de mis actos?

¿Porque intentaba buscar una palabra que expresara algo más profundo? ("Ummmm... ¡POZO! No, demasiado húmedo. Ummmmm... ¡CUARTUCHO OSCURO... Y AL FONDO! .... psss... un poco largo como seudónimo...).

No. Escogí Anonimia porque suena a anónimo, para resaltar lo poco que importa QUIÉN crea LA IDEA, sino que la idea es algo que cuando se presenta en sintonía emotiva con el que la recibe parece tener la capacidad de transformar el tiempo. Cuando comprendes una idea, sobre todo artística, es normal que vaya seguido de un ¡Ajá!... y una sensación de bienestar interno.

Asi que JURO Y PROMETO ser... inconstante, insegura, cruel conmigo misma para disimular, testaruda, alguna vez brillante, filosóficamente aburrida, incoherente, adherente, y, pese a lo dicho, altamente egocéntrica.

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HISTORIA CON HISTORIA: HÉCTOR BERLIOZ

HISTORIA: HÉCTOR Y HARRIET

Hoy les voy a contar una historia. Enciendan la chimenea (o el ventilador) y arrellánense en su butaca preferida...

Érase que se era un jovenzuelo de veintitantos años llamado Héctor. Su padre le había enviado a París para estudiar medicina. Cuentan las malas lenguas que fue el primer día que vio una disección cuando le entró una repentina vocación por la música. Sea como fuere, el caso es que el chico decidió estudiar en el conservatorio. Su padre expresó con cautela su opinión:

- Mira que te corto el grifo.

Y se lo cortó, pero al joven Héctor le importó bien poco. No me pregunten cómo lo hizo, pero se las arregló para seguir viviendo y además para no perderse un espectáculo: teatro, conciertos... Cuando uno se apunta a un bombardeo, como le pasaba a Héctor, es estadísticamente inevitable que de vez en cuando el espectáculo sea un tanto malo (¿verdad, Anonimia?). Una de esas representaciones de calidad cuestionable a las que asistió estaba protagonizada por Harriet Smithson, una actriz (según cuentan) de dudoso talento pero al parecer bastante jamona, de la que se enamoró perdidamente. Héctor tenía entonces veintitrés años, una edad tan buena como cualquier otra para hacer estupideces.

Cuando ya había recibido y leído varias cartas de Héctor, Harriet concluyó que el joven no era un dechado de salud mental y le dio calabazas. Para tratar de ligársela, Héctor hizo lo que mejor sabía hacer: componer música. Y le compuso una sinfonía enterita para ella sola: la Sinfonía Fantástica.

HISTORIA DENTRO DE LA HISTORIA: EL SUEÑO DEL POETA

La Sinfonía Fantástica es una de las primeras (y mejores) obras de
música programática, es decir, música pensada para contar una historia concreta, para desarrollar un argumento. Y lo que cuenta, en sus cinco partes, es lo siguiente (1):

1.- Sueños y pasiones.

Un joven músico desesperado se ha envenenado a sí mismo con opio y, en un largo sueño, tiene una serie de visiones y pesadillas, la idea de su amada viniendo una y otra vez a su cabeza. Recuerda las alegrías y depresiones del pasado, antes de que ella entrase en su vida, y luego el neurótico celoso en que se convirtió cuando ella entró en su vida, teniendo el único consuelo de la religión.

2.- Un Baile.

El segundo movimiento evoca la música de un baile, en el que con los giros de la danza, vislumbra a su amada otra vez.

3.- Escena en el campo.

El tercer movimiento fue muy difícil para Berlioz. En el campo, dos pastorcillos entonan una melodía con sus flautas para llamar a sus vacas. Todo es tranquilidad hasta que la amada aparece de nuevo, provocando inquietud en el héroe. El otro pastorcillo toca su flauta, pero esta vez no hay respuesta. En ese momento, el sol se pone acompañado de un trueno distante. Luego, predomina el silencio en la escena.

4.- Marcha al cadalso.

La Marcha al cadalso fue escrita en una sola noche. Nos trae el sueño del asesinato de la amada, por el que el héroe es condenado a muerte. La marcha, con su paso regular tiene sus momentos más salvajes, mientras la comitiva se abre paso entre a multitud que se agolpa para ver la muerte de héroe. la amada aparece en el momento en el que el hacha desciende sobre su cuello.

5.- Sueño de una noche de aquelarre.

El movimiento final es un aquelarre, una salvaje orgía de una celebración demoníaca. La imagen de la amada parece ahora una agudísima burla. Las campanas de la muerte se oyen por encima del himno del juicio final, que se mezclan con la danza.

No sabemos si Harriet fue a escuchar la sinfonía (todo indica que no) pero, en caso de que lo hiciera, no debió mejorar demasiado su opinión sobre la cordura de su pretendiente. El caso es que Héctor lo dejó por imposible y se marchó a Roma, donde ganó un premio que le obligaba a quedarse varios años (daban unos premios un poco raros, en aquellos entonces). Cuando volvió a París y se encontró de nuevo a la Smithson, ya había aprendido un poco sobre las mujeres y adoptó una táctica mucho más eficaz: amenazar con suicidarse. Tan eficaz fue que a los seis meses (si no recuerdo mal) estaban casados. Claro que a los pocos años se habían divorciado, al parecer porque ella estaba celosa del éxito profesional de él. En fin, la vida.


Para saber más:

Sobre Héctor Berlioz...

...Y sobre Harriet Smithson (en inglés).

Descarga recomendada:

Berlioz, Sinfonía Fantástica


(1) Colaboradores de Wikipedia. Sinfonía fantástica [en línea]. Wikipedia, La enciclopedia libre, 2006 [fecha de consulta: 16 de agosto del 2006]. Disponible aquí.

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miércoles, agosto 09, 2006

OÍDO POR AHí

En una parodia en televisión:

- Oigan, ya que están aquí, podrían darme de baja el ADSL.

- Hombre, somos el Equipo A, pero milagros no hacemos.

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lunes, agosto 07, 2006

¡OLÉ!

La UNESCO ha tenido lo que, en principio, parece una buena idea: crear una red de ciudades para ayudar a la difusión internacional de la cultura. Cada una tendrá un apartado cultural distinto y velará por la promoción del mismo. De momento, tenemos a Berlín y Buenos Aires como Ciudades del Diseño; la egipcia Asuán y Santa Fe (EEUU) como Ciudades del Arte Folclórico; la colombiana Popayán, Ciudad de la Gastronomía; y Edimburgo, que será la Ciudad de la Literatura. Pero aún hay más: el último nombramiento, hace unos días, ha sido la Ciudad de la Música. ¡Y la tenemos aquí, en España!. ¿Adivinan? ¡SEVILLA!

Recibieron la distinción el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, y la Fundación Focus-Abengoa, que tanto y tan bien está haciendo por la difusión de la cultura y la ciencia. Por cierto, si alguna vez pasan por Sevilla, no dejen de visitar la sede de esta fundación, el Hospital de los Venerables, un lugar absolutamente maravilloso donde siempre están ocurriendo cosas interesantes.

Es posible que más adelante tengamos que compatir el nombramiento con Colonia, lo que no deja de ser un honor. Enhorabuena, Sevilla. Sé que lo mereces y que lo harás muy bien. Y yo estaré allí a cada rato para verlo.

Noticia en El País
Noticia en Abengoa


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domingo, agosto 06, 2006

LA ÚLTIMA CENA

La otra noche metí hasta el fondo mis cuatro patitas peludas, y ahora les cuento por qué. Vaya por delante que el Festival de Teatro Villa de Mijas tiene ya un cierto prestigio. Sin grandes alardes, de acuerdo, pero yo he visto allí a los muchachos del Club de la Comedia, cuando aún tenían gracia, y a ese gran personaje que es Rafael Álvarez "El Brujo". Los geniales Yllana son invitados fijos cada año, y también acuden actores como Antonia San Juan o Pablo Carbonell. Este año celebraba el festival su veinte aniversario y eso no había que perdérselo. Convencí (he aquí mi metedura de patas) a Anonimia (ya la conocerán ustedes en cuanto regrese de su paseo por Europa, les ruego que tengan paciencia, ya verán cómo merece la pena) y nos fuimos a ciegas a ver una obra llamada "Menú del día". Preferimos no enterarnos de qué iba, para que la emoción de la sorpresa mejorase la experiencia. Y así fue, en efecto. Todo el rato hasta que se levantó el telón. A partir de ahí, el factor sorpresa nos impidió una huída a tiempo y les juro que eso empeoró notablemente la experiencia. Vale que el decorado era una cocina pero, aún en una cocina, una olla de lunares debería haber despertado nuestras suspicacias.

La escena comenzaba con dos cocineras viendo una telenovela. En la siguiente escena, una de ellas le pide a la otra que le cuente el episodio
porque no lo ha visto (¡¿?!). El tema de la telenovela da pie a asuntos tan de interés general como las varices y los esputos maritales. Con un vocabulario procaz que no voy a repetir aquí por respeto a ustedes, pero baste decir que ríanse de Almodóvar un lunes por la mañana; y con un (un de uno, 1) tono de voz que... verán ustedes, yo nunca he deshuesado vivo a un pollo, pero debe de sonar más o menos igual. Eso sí, hay que reconocerlo: las dos actrices daban la impresión de no haber salido en su vida de una cocina (luego se nos ocurrió que tal vez no lo habían hecho). Es más: en el caso hipotético de que se hubieran aprendido el texto, igual habrían resultado convincentes. No sé en qué momento de este impresionante (de verdad) espectáculo (en el sentido más general de la palabra), tal vez cuando una de ellas le enseña la faja a la otra (que reacciona con un sentido "¡¡¡¡¡¡Ooooiig Pepa qué faaaaja, ooooiiig... oooiiig Peeeepaaaa!!!!!") fue cuando Anonimia comentó muy acertadamente: "No sé si tomarme otro sandwich. Con un poco de suerte me cae mal y con las alucinaciones hasta me gusta la obra".

Ciertamente, no había que tomar medidas tan drásticas. Bastaba fijarse un poco para advertir detalles de inusitada originalidad en el montaje. Por ejemplo, el fenómeno curioso de que cada vez que una de ellas decía "Oído cocina", todas la luces se apagaban, y al parecer se pasaba a otro acto. O el hecho de que el encargado de las cocineras, que en un momento dado se supone que es transportado en un saco, inconsciente, tuviese aproximadamente un metro de altura. Aún más inquietante resulta el hecho de que ese encargado tan bajito tuviese plumas (se veían dentro del saco).

Sonó otro "Oído cocina".

Anonimia: Qué raro. Esta vez no se ha apagado nada...

¡¡PLOF!!

Y se apagó todo. Las luces, la megafonía, todo. Las experimentadas actrices trataron de improvisar; los técnicos, de remediar desesperadamente el desaguisado para acortar el sufrimiento, el nuestro y el suyo.

Y ahí fue cuando Anonimia tuvo la primera gran idea de la noche:

- En cuanto abran la puerta, aunque sea para que entre el aire, nos largamos echando leches.

Y nos fuimos, dejando la obra en su mejor momento (a oscuras) y sin esperar a ver a cómo terminaba aquello. Nos había quedado claro que igual la obra terminaba bien, pero desde luego los espectadores no. El portero nos miró con condescendencia. Casi creí advertir en su mirada una petición de auxilio... Ya en el coche, sonaban Triple XXX: "Dijiste la última vez/nunca más, ok?"

Aquí tuvo Anonimia la segunda gran idea de la noche: ir a escuchar jazz. El nombre del grupo nunca he conseguido aprendérmelo, pero si alguna vez pasan por la Costa del Sol los pueden localizar fácilmente: dondequiera que se interprete jazz, allí están ellos. Y cómo han mejorado en el par de años que llevaba sin ir a verlos. Tanto Javi, que ya hace lo que quiere con la batería pero con la sensibilidad exquisita de siempre, como el contrabajista ruso y el guitarrista, Marcelo, ambos con esa perfección técnica. Y también todos los que hemos visto casi empezar con ellos en las jam sessions y que esa noche estaban allí. Hay un saxo tenor, un chico larguirucho y tímido, que ahora pone el vello de punta con su delicadeza, con esa cualidad que tienen los buenos músicos de hacer que todo parezca fácil de tocar cuando lo hacen ellos. Otro guitarrista (tampoco puedo recordar su nombre, lo siento...), al que al principio se le notaban a la legua las raíces rock, se lució construyendo melodías deliciosas, dulces, perfectas. Y por ahí seguido. Qué maravilla...

El viernes repitieron "Menú del día" en la televisión local. Hubiera querido grabarlo. En serio. ¿Conocen a esos tipos que te colocan un vídeo en cada deuvedé, advirtiendo de lo terrible que sería si la gente se dedica a robar las ideas de otros, y preguntándose dramáticamente qué sería nuestra cultura sin ideas? Les podríamos haber enviado la grabación, con una nota: "¿Qué sería nuestra cultura sin ideas? Pues esto, señores, esto."


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